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Blog técnico | Retroalimentación continua

Estaba sentado en una clase de comunicación empresarial una noche después del trabajo, mientras trabajaba en mi MBA. Nuestro profesor dio una charla de TED de Mike Robbins sobre la autenticidad. Mike cuenta la historia de una vez que facilitó una reunión en un banco que no iba bien porque no había confianza en la sala. Detuvo la reunión y dirigió un ejercicio en el que todos fueron desafiados a ser vulnerables y a compartir con el grupo cómo se sentían. Finalmente la gente empezó a abrirse, y la historia termina con alguien que da a su jefe una retroalimentación directa y crítica frente a todo el equipo. Después del vídeo, nuestro profesor preguntó a la clase quién podía ver una franqueza como esa en su empresa. Mirando alrededor de la sala silenciosa, me di cuenta de que yo era el único con la mano levantada.

Me encanta trabajar en una organización tecnológica que se centra en la mejora continua. No queremos cometer el mismo error dos veces, pero ¿cómo sabemos si cometemos errores si no recibimos retroalimentación? A veces la retroalimentación está algo automatizada: errores en el producto o quejas de los clientes. Sin embargo, cuando trabajamos estrechamente con compañeros de equipo en un entorno de programación en pareja o de programación mob, algunos de los comentarios más importantes que podemos darnos son sobre la forma en que nos comunicamos y nos comportamos como miembros de un equipo. No sólo queremos mejorar continuamente el código, sino también nosotros mismos para ser mejores compañeros de equipo y colaboradores.

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Retroalimentación formal

Periódicamente, solicitamos la opinión formal de los pares. Todo el mundo tiene la oportunidad de dar retroalimentación por escrito a sus compañeros, haciéndoles saber lo que están haciendo bien y cómo pueden ser más eficaces. La retroalimentación se distribuye luego a los miembros del equipo, y se alienta al equipo a hablar abiertamente sobre la retroalimentación que recibieron con sus equipos, ya sea en reuniones individuales o como un equipo completo. Discutir la retroalimentación nos permite obtener aclaraciones sobre áreas de las que no estamos seguros, permite a nuestros compañeros saber que su retroalimentación es escuchada, y nos ayuda a hacernos responsables de las áreas en las que queremos mejorar.

Antes de que volviera en sí, no podía imaginar que esto sucediera. Sonaba inventado. Contaré una pequeña historia para ilustrar cómo son estas reuniones.

El cuento de la retroalimentación

Sally, Bob y Sue trabajan en estrecha colaboración. Se escribieron una retroalimentación el uno al otro y se están reuniendo para revisarla. Es una reunión de 30 minutos, así que cada uno de ellos tendrá 10 minutos para hablar de lo que tienen en mente.

Es el turno de Sally.

Esta discusión continúa, con Sally creando un espacio para que los miembros de su equipo le den más información o validen sus puntos fuertes. Cuando se acaba el tiempo, pasan a discutir sobre la siguiente persona.

Retroalimentación Adhoc

Si lees esa última sección y piensas, «oye, esa retroalimentación no es continua», estarías en lo cierto. Si la única retroalimentación que nos dimos fue la retroalimentación solicitada formalmente, estaríamos perdiendo el punto. Experiencias como la de compartir la retroalimentación formal ayudan a crear un ambiente con suficiente confianza para que podamos darnos retroalimentación sobre la marcha. Nos desafiamos a nosotros mismos a dar una retroalimentación clara, directa y oportuna a la gente que nos rodea en la línea de la Candor Radical.

Esto puede tomar muchas formas, desde hacer saber a alguien que aprecias cómo mantuvo una reunión sobre el tema hasta hacer una pausa en una sesión de emparejamiento para determinar cómo tomar decisiones en colaboración después de que las cosas se calentaran un poco. A menudo es más fácil no dar la retroalimentación por miedo a que puedas herir los sentimientos de alguien o porque asumes que ya saben lo que tienes que decir. Tenemos que seguir recordándonos a nosotros mismos que porque nos preocupamos por la gente que nos rodea, queremos que tengan las herramientas que necesitan para mejorar.

Es un regalo

La retroalimentación es una de las mejores herramientas que tenemos para mejorarnos a nosotros mismos. Puede ayudarnos a identificar nuestros puntos ciegos, ver el impacto de nuestras acciones y ser más efectivos en nuestros roles. Puede ser difícil recibir retroalimentación crítica, pero también puede ser difícil dar ese tipo de retroalimentación. Le debemos a la gente que nos da feedback estar atentos, respetuosos y agradecidos de que se hayan tomado el tiempo para ayudarnos a mejorar. Podemos pedir aclaraciones o más detalles, pero no debemos empezar a discutir. Queremos que la persona se sienta cómoda dándonos más feedback en el futuro.

La retroalimentación no tiene que ser grande. No tiene que ser difícil y no tiene que dar miedo. Podemos elogiar los esfuerzos excepcionales y (en privado) corregir los puntos de dolor, siempre y cuando tengamos confianza en nuestros equipos. La retroalimentación que nos damos unos a otros es un regalo que puede ayudarnos a todos a ser mejores desarrolladores y compañeros de equipo.

Categorías: cultureTags: mejora continua, soft skills